EL JUEGO COMO HERRAMIENTA TERAPÉUTICA

Tabla de contenido

La Terapia Ocupacional consiste en la utilización de actividades significativas para la persona y ocupaciones para conseguir beneficios terapéuticos en el área afectada, ya sea física, emocional, social, sensorial, cognitiva o mental.

Jugar es la forma en que el niño o niña aprende lo que nadie puede enseñarle. Es la forma en que explora y se orienta a sí mismo en el mundo real contemplado entre espacio – tiempo, en relación con las cosas, animales, estructuras y personas. A través del juego se aprende a vivir en un mundo de significados y al mismo tiempo indaga, experimenta y aprende en su propia forma. A través del juego el niño o niña asimila y practica comportamientos que involucran variedad de habilidades sensoriomotoras, cognitivas y sociales, que deben ser dominadas para participar en la sociedad en la que pertenece.

Se sabe que los niños necesitan jugar e, incluso en ciertas fases de su evolución, el juego constituye el contenido principal de sus vidas; cuando un niño o niña no juega como debería hacerlo, generalmente tiene dificultades que pueden impedir su desarrollo, ya que el fortalecimiento de las habilidades con las que cuentan será nulo y, por ende, la construcción de comportamiento de mayor complejidad, requeridos para la interacción con el ambiente.

A través de las actividades de juego, los niños aprenden a conocerse a sí mismos, a los demás y al mundo que los rodea; además descubren la alegría de estar en actividad, la disposición de conocer algo nuevo y de poner a prueba todas sus posibilidades, llegando a cambiar el mundo que les rodea; las experiencias anteriormente descritas son importantes para la formación de la personalidad, puesto que los aprendizajes y las habilidades que se adquieren por medio del juego se transfiere a la vida (Romero, 2003).

¿Qué es el juego?

El juego es el medio natural de desarrollo y autoexpresión del niño, y es una de las herramientas terapéuticas empleadas por Terapeutas Ocupacionales en la prevención y tratamiento de dificultades presentadas durante el desarrollo.

Sabemos que el Terapeuta Ocupacional, dentro del equipo interdisciplinario, es el profesional encargado de proporcionar autonomía e independencia en las distintas áreas ocupacionales de la persona.

El modelo de Ocupación Humana nos lo define como: “la ocupación humana fundamental que involucra al individuo a lo largo de su vida y en formatos diferentes según se desarrolla la persona, teniendo máxima relevancia en la edad infantil”, ya que el juego es la principal actividad del niño. Desde la Terapia Ocupacional variedad de autores han definido el juego, donde algunos lo visualizan como “medio en que el niño o niña aprende sobre sí mismo y sobre el mundo que lo rodea” (Knox, 1968 & Michelman, 1971). Otros autores afirman que el

El juego es el medio natural de desarrollo y autoexpresión del niño, y es una de las herramientas terapéuticas empleadas por Terapeutas Ocupacionales en la prevención y tratamiento de dificultades presentadas durante el desarrollo.

Sabemos que el Terapeuta Ocupacional, dentro del equipo interdisciplinario, es el profesional encargado de proporcionar autonomía e independencia en las distintas áreas ocupacionales de la persona.

El modelo de Ocupación Humana nos lo define como: “la ocupación humana fundamental que involucra al individuo a lo largo de su vida y en formatos diferentes según se desarrolla la persona, teniendo máxima relevancia en la edad infantil”, ya que el juego es la principal actividad del niño. Desde la Terapia Ocupacional variedad de autores han definido el juego, donde algunos lo visualizan como “medio en que el niño o niña aprende sobre sí mismo y sobre el mundo que lo rodea” (Knox, 1968 & Michelman, 1971). Otros autores afirman que el juego es “la forma en que la infancia puede interactuar con el medio (…), y según lo facilitadoras que sean estas actividades habrá una mejor adaptación al ambiente” (Kielhofner, 1984 & Bundy, 1991). Finalmente se encuentran propuestas en que se le asigna al juego “el papel principal de desarrollar y fortalecer habilidades personales ya sea de tipo físico, sensorial, cognitivo o social”, donde encontramos autores como Takata (1971), Reilly (19974), Miussiuna y Pollock (1991). Como se puede evidenciar, existen variedad de  perspectivas que tienen un punto en el que convergen: la valoración del juego como la ocupación principal, para la mayoría de sujetos en la niñez, ya que al procesar la información recolectada, descubrir e interpretar su ambiente, pueden construir una apreciación de  la realidad en la cual se encuentran.

Propuestas actuales definen el juego como “un fenómeno autodirigido, flexible y placentero donde se crea y se experimenta una realidad que nadie más podrá percibir, asumiendo riesgos acordes a su papel ocupacional, relacionado con las capacidades y a su misma vez con los déficits individuales” (Posaterie. J 2003), quien también retoma el juego como un medio y estrategia para llegar a un fin en la intervención hecha a los niños con algún tipo de discapacidad, con el fin de hacer frente a las demandas de su condición, y así complementar la visión del juego como la ocupación primordial en la niñez.

Finalmente, podemos entender como juego “cualquier actividad espontánea u organizada que genera placer, entretenimiento y diversión.      

¿Cómo trabajar el juego dentro de la terapia?

A través del juego el niño:

– Disfruta: el juego proporciona placer y motivación intrínseca.

– Aprende: comienza a descubrir el mundo, a utilizar su cuerpo, sus manos, a percibir texturas, colores, etc.

– Descubre: explora el ambiente, conoce los objetos y su funcionamiento y comienza a usar el significado simbólico de los mismos.

– Ensaya patrones de comportamiento y de la comunicación.

– Expresa sus sentimientos y potencia su creatividad.

– Dominio: a través del juego el niño entiende que puede influir en el medio ambiente y que él es autosuficiente pudiendo tomar decisiones propias.

Como dicen Sanders y Sayer, mientras que el niño está jugando aprende a hacer frente a situaciones que se le presentan en su día a día. El juego nos prepara para la vida.

Tras esta breve revisión sobre los beneficios que aporta el juego en sí mismo, cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿El juego como herramienta o como fin?        

La respuesta es: ambas. Dentro del tratamiento, el juego se debe de utilizar como herramienta terapéutica porque a través de este, nos podemos ayudar para trabajar disfunciones en el ámbito físico, cognitivo, social y afectivo. A su vez, el juego ha de ser un área propia para rehabilitar, con el objetivo de que el niño logre la máxima autonomía posible en todas las áreas de desempeño que componen a una persona y exista un equilibrio entre ellas, mejorando así su autoestima, calidad de vida y sentido de logro.

Por lo tanto, el juego es un medio terapéutico y al mismo tiempo es un fin. 

El valor del juego tiene una gran importancia en la infancia. Su atractivo para los niños convierte al juego en una herramienta terapéutica esencial para detectar algunas patologías que afectan al comportamiento infantil.

A través del juego, los terapeutas pueden trabajar distintas disfunciones en el ámbito físico, cognitivo, social y afectivo del niño. Pero además, el juego es también un área de trabajo para lograr que los niños mejoren en autonomía y consigan ganar en autoestima, calidad de vida y sentido de logro.

El juego es la principal actividad del niño. Ya sea en el colegio, en casa, en el transporte o en el parque, resulta vital darle importancia al juego de los pequeños. De igual manera se hace en un tratamiento. Por eso, y gracias a la notable capacidad de los niños para expresarse en el lenguaje no verbal, los terapeutas intentan una adaptación casi total a las necesidades que se muestran al observar los juegos de los niños.

El juego es expresión y vehículo de las fantasías y conflictos de los niños, de ahí lo rápido que se puede acceder a su estado emocional a través de esta herramienta.

Todo tipo de trastornos son abordables: dificultades escolares, dislexia, enuresis, incluso alteraciones del desarrollo temprano, tales como la psicosis. Durante el encuentro terapéutico, el niño puede jugar libremente con todo el material disponible, mientras el analista tratará en todo momento de construir y mantener un vínculo lo suficientemente intenso con el niño para comprenderlo y ayudarlo.

Características del juego

1. Promueve el desarrollo emocional: El valor terapéutico de la comprensión del juego y el trabajo de elaboración de los conflictos hacen que sea una herramienta única en el abordaje psicológico de niños con problemas. Incluso trabajando con pequeños diagnosticados de autismo, que no juegan, la comprensión y verbalización de sus emociones producen logros sorprendentes. Hay algo en el método analítico que con su intimidad, privacidad y atención hace que en el encuentro dentro entre niño y terapeuta durante la sesión se puedan producir experiencias creativas que promuevan el desarrollo emocional.

2. Sirve de puente entre la fantasía y la realidad: Un juguete puede permitir al niño, durante la sesión, vencer sus miedos, sirviendo de puente entre la fantasía y la realidad. Un mismo juego puede incluso adquirir distintos significados según la situación en la que se encuentre el niño y el contexto y asociaciones de la sesión, pudiéndose incluso convertir un juego inhibitorio en un juego creativo con las intervenciones oportunas.

Cuando el niño juega, crea y recrea como hace un artista con su mundo interno. Al jugar, se expresan las fantasías más internas e inconscientes y, por tanto, se pueden comprender y elaborar dentro durante la sesión terapéutica.

3. Permite elaborar los conflictos: La terapia a través del juego también permite abordarlos problemas de adaptación de algunos niños. Cuando los niños sufren algún trastorno que altera su equilibrio psíquico, éste se manifiesta ante todo en su juego. A través de la motivación del niño por el juego se pueden adquirirlos objetivos terapéuticos que se persiguen ya que, al jugar libremente, se pueden observar sus sensaciones, emociones y su relación con el entorno.

A su vez, algunas de las características principales del juego son:

  • Requiere motivación intrínseca
  • Expresa autodirección
  • Es una simulación “como si fuera”
  • Se da ambiente seguro libre de sanciones sociales
  • Espontáneo, divertido, totalmente absorbente y desafiante
  • Mas control interno que externo
  • Más énfasis en el proceso que el producto
  • El juego refleja el desarrollo: sigue una progresión secuencia de desarrollo.
  • Refuerza el desarrollo: favorece el desarrollo de habilidades neuromotoras, cognitivas y socioemocionales.

Tipos de juego segun la edad

Según Piaget, existen tipos de juego adecuados según el desarrollo propio de cada edad del niño:

PERIODO EVOLUTIVOTIPO DE JUEGO
Sensoriomotor (0-2 años)Juegos sensoriomotores: Se caracterizan por los movimientos que realizan los niños. Descubren cómo mover su cuerpo e interactuar con su entorno. Juegos con sonajeros, pasear, escuchar música.
Preoperacional (2-7 años)Juegos simbólicos: Incluye a los niños que juegan cerca unos de otros pero no están juntos. Comparten juegos y se notan mutuamente de manera útil. No tendrán objetivos similares mientras juegan. Juegos de rol, juegos de imitación, clasificación por colores o tamaños.
Operacional concreto (7 a 12 años)Juego de reglas: Se profundiza en la capacidad que tienen los niños para organizar sus ideas y tener un pensamiento racional. Se demuestran las habilidades que los niños han aprendido durante las etapas anteriores. Juegos de grupo, juegos de matemáticas, bingo, Jenga, ajedrez entre otros juegos de mesa
Operacional formal (12- 16 años)Juegos en equipo: Deportes, competiciones. Esta etapa implica amistades y habilidades de mayor nivel como juegos de mesa. Problemas de lógica, juegos de memoria.

Conclusión

En el proceso de Neurorehabilitación en la infancia, el juego es considerado una herramienta, un método y un fin que permite la mayor y más efectiva adquisición de habilidades motoras, sensoriales, cognitivas y sociales.  El juego y exploración permiten al infante adaptarse al proceso terapéutico con mayor motivación lo que repercute en el proceso para lograr el objetivo. “La experiencia del juego opera cambios en la arquitectura del cerebro, especialmente en los sistemas relacionados con la emoción, la motivación y la recompensa”, asegura Gordon Burghardt, etólogo de la Universidad de Tennessee.

Nuestra intervención va encaminada a la adquisición y ejecución modulada y planificada de patrones motores básicos, habilidades sensoriales, cognitivas y sociales, a través del juego las cuales influyen directamente en todo proceso de aprendizaje. La adquisición de un aprendizaje nuevo permite a nivel neurológico adoptar una nueva “herramienta” que, gracias a la capacidad adaptativa, puede ser usada para diversos fines (por ejemplo: el agarre cilíndrico permitirá manipular juguetes alargados con precisión, pero también el mango de un cubierto, el cepillo de dientes y en un inicio la crayola para garabatear)

La principal herramienta de intervención en población infantil será, entonces, el juego, que, como ya hemos señalado anteriormente, es la principal y más significativa ocupación en esta etapa de la vida. Es a través del juego que el niño adquiere destrezas de ejecución sensorio motoras, perceptivo-cognitivas y socio-afectivas.

REFERENCIAS

Barrera, L., Gutiérrez, C., & Lopez, C.  Jugando con los sentidos, entre la adaptación y el diseño universal. (Tesis de pregrado) Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia.

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