La higiene oral en los niños es un reto al que se enfrentan la mayoría de los padres. El cansancio, la rebeldía o el mal comportamiento son algunas de las razones que explican que los niños no se adapten a mantener su boca limpia, por lo que es importante desarrollar hábitos que generen una buena adaptación a mantener buena higiene y que impidan tener efectos negativos en el futuro.
¿Qué son los malos hábitos orales?
Son prácticas adquiridas por la repetición frecuente de un mismo acto que en un principio se realiza de manera consciente y luego de manera inconsciente. Los hábitos se pueden presentar en cualquier edad, forman parte del proceso de adaptación del ser humano a su medio ambiente y se relacionan con la alimentación, comunicación y el placer.
¿Cuáles son los tipos de hábitos orales existentes?
Habito de succión
Succión digital (chupar dedo), succión de lengua, de labios y hábito de biberón, cuando es constante después del 1er año.
Hábitos de mordedura
Mordedura de objetos extraños, onicofagia (“comer uñas”), bruxismo (apretar o rechinar las estructuras dentales).
Otros hábitos
Interposición lingual en reposo (posición inadecuada de la lengua mientras no se realiza ninguna actividad), deglución atípica y respiración bucal.
¿Cuáles son las consecuencias de generar los malos hábitos orales?
Los malos hábitos orales pueden alterar el normal desarrollo del sistema estomatognático, produciendo un desequilibrio entre las fuerzas musculares externas y las internas, desequilibrio que se produce cuando una de las fuerzas al no ejercer su presión normal, permite que la otra, manteniendo su intensidad habitual, produzca una deformación ósea.
¿Cuáles son los factores que intervienen?
1.La edad en que el hábito inicia, de tal forma que mientras antes comience el comportamiento, mayor es el daño, ya que a edades tempranas el hueso está formándose y por lo tanto es más moldeable.
2. El tiempo (minutos u horas) que dura el mal hábito.
3. La frecuencia del hábito, es decir el número de veces al día.
Consecuencias de la succión digital
– Problemas de articulación
– Apoyo de la lengua contra dientes durante alimento y cuando habla.
– Protrusión (inclinación dental hacia adelante) de incisivos superiores con o sin presencia de espacios entre dientes (diastemas).
– Retroinclinación de los incisivos inferiores (incisivos inclinados hacia atrás).
– Mordida abierta anterior (no hay contacto entre los dientes anteriores; superiores e inferiores). Prognatismo alveolar superior (maxilar superior adelantado).
– Estrechamiento de la arcada superior (disminución transversal del ancho del maxilar superior).
– Mordida cruzada (molares inferiores sobrepasan los molares superiores).
– Labio superior corto y flácido. Falta de formación de cierre labial.
¿Qué hacer si mi hijo tiene malos hábitos orales?
Para corregir las consecuencias de este mal hábito oral se realiza un tratamiento multidisciplinar, combinando terapia miofuncional con la participación del otorrino, pediatra, ortodoncista y odontopediatra. Es importante el diagnóstico precoz para evitar alteraciones estéticas, dentomaxilares, funcionales y psicológicas.
Se empieza por modificar la conducta y, una vez corregida, se hace tratamiento de ortodoncia y terapia miofuncional, que consiste en corregir las disfunciones orofaciales que pueden interfieran en la producción del habla y en estructura de los dientes y las relaciones maxilares.
En RIIE contamos con profesionales en Fonoaudiología, expertos en el desarrollo de terapia miofuncional para niños de 0 a 15 años. Recuerda que es recomendable que el diagnóstico y desarrollo de terapias sea lo antes posible, para poder corregir a tiempo.